INTERCESORES
CON CRISTO
“Tomad [...] la espada del Espíritu, que es la
palabra de Dios” (Ef 6,17)
Interceder con la
palabra de Dios
A los intercesores puede asaltarnos
siempre una pregunta: ¿qué palabras utilizar cuando intercedemos?
Sabemos que
nuestras propias palabras valen poco; lo importante es que oremos en el
espíritu, y de acuerdo con la voluntad de Dios.
Pero hay un lenguaje que está
perfectamente en línea con el Espíritu y que sólo expresa la voluntad de Dios,
porque es una manifestación luminosa de su voluntad: la palabra de Dios.
Cuando hablamos de la palabra de Dios, en
concreto de la revelación contenida en la Biblia, tenemos que prestar atención
a nuestro acercamiento a la misma, porque “la
letra mata mas el Espíritu da vida” (2 Co 3,6).
Es el propio Espíritu quien
nos recuerda las palabras del Señor y nos conduce a ellas, pero de forma viva,
porque como dijo el Señor, “las palabras
que os he dicho son espíritu y son vida” (Jn 6,63).
De hecho, la palabra de Dios no nos debe
ser ajena, pues como discípulos de Cristo somos engendrados en la fe por su
Palabra, y en ella encontramos la luz para nuestro camino. Pablo desea a sus
comunidades: “la palabra de Cristo habite
en vosotros con toda su riqueza” (Col 3,16).
Cuando nuestra mente y nuestros
criterios son renovados por la palabra de Dios, nuestra vida es transformada y
comenzamos a vivir bajo la influencia de la palabra de Dios.
Y si nuestra vida
está dentro de la Palabra, ¿cómo puede ser que nuestra oración esté fuera?
La palabra de Dios es un arma poderosa
que debemos utilizar en la intercesión.
Así como los soldados se entrenan y se
familiarizan con sus armas, los intercesores también tenemos que conocer
nuestras armas y adquirir destreza en su manejo.
Por eso Pablo nos recomienda: “Tomad [...] la espada del Espíritu, que es
la palabra de Dios” (Ef. 6,17), para
con esta arma poder interceder, como dice a continuación: “siempre en oración y súplica, orando en toda ocasión en el Espíritu,
velando juntos con perseverancia e intercediendo por todos los santos, y
también por mí” (Ef. 6,18-19).
Los ejemplos bíblicos de uso de la
palabra de Dios son numerosos: desde las grandes intercesiones de Moisés, hasta
las respuestas de Jesús al diablo en el desierto.
La carta a los Hebreos nos enseña que “viva es la palabra de Dios y eficaz” (Hb 4,12), y por eso produce
frutos.
Es más, para eso nos la da Dios, para que la utilicemos y pueda dar
fruto: “Como descienden la lluvia y la
nieve de los cielos y no vuelven allá, sino que empapan la tierra, la fecundan
y la hacen germinar, para que dé simiente al sembrador y pan para comer, así
será mi palabra, la que salga de mi boca, que no tornará a mí de vacío, sin que
haya realizado lo que me plugo y haya cumplido aquello a que la envié” (Is
55,10-11).
Nuestra responsabilidad es conocer la
Palabra revelada y usarla en nuestras intercesiones, sea con textos
seleccionados, literales, que preparamos para usar según sean los asuntos por
los que intercedemos, o sea también integrando en nuestra oración expresiones de
la Biblia, citas que conocemos.
En cualquier caso, en la Palabra encontramos
una riqueza enorme que no podemos desperdiciar, y siempre podemos descubrir
textos oportunos para las intenciones por las que oramos.
En esto, como en todo
debemos aprender del Maestro, quien dijo: “yo
no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado
lo que tengo que decir y hablar, y yo sé que su mandato es vida eterna. Por
eso, lo que yo hablo lo hablo como el Padre me lo ha dicho a mí” (Jn
12,49-50).
Palabra
profética y testimonio:
Orando con palabra de Dios contra las
músicas satánicas y todas las canciones
que dan culto a Satanás, hay visión de un estudio, donde un enemigo, a través
de una persona, estaba componiendo una canción a Satanás.
Ha bajado un ángel
del cielo y, al querer arrebatarle el papel, el enemigo se resistía a
entregarlo.
Se ha entablado una lucha entre ellos hasta que el ángel ha
vencido. Otros ángeles le han arrancado el papel y lo llevan a los pies del
Señor, al tiempo que sobre esta canción están proclamando la Palabra de Dios, y
todos los demás ángeles se postraban para adorar al Señor.
Palabra: Esta es la
misión que espero de vosotros. Que seáis mis adoradores, intercesores y mis
guerreros. No es vuestro poder, sino el mío el que os acompaña. La fe os
mantiene, la santidad os hace intocables y mi amor os alimenta.
Orando con palabra de Dios contra las músicas satánicas y todas las canciones que dan culto a Satanás, hay visión de un estudio, donde un enemigo, a través de una persona, estaba componiendo una canción a Satanás.
ResponderBorrarHa bajado un ángel del cielo y, al querer arrebatarle el papel, el enemigo se resistía a entregarlo.