Como parte de este mundo, estamos condicionados profundamente por circunstancias, costumbres, pasiones, interrogantes y problemas, que determinan en muchos casos nuestras propias actitudes y poco a poco, determinan nuestras creencias y la posibilidad de perder nuestra fe.
Precisamente en nuestras debilidades, flaquezas, desesperanzas, desánimos, frustraciones, tristezas, enojos, rencores, períodos espiritualmente fríos, es cuando las tentaciones negativas son más efectivas.
Gracias a Dios, existen también los ángeles buenos, pero… junto con los ángeles malos o demonios, ambos están presentes en la vida ordinaria y corriente de los hombres, todos los días de nuestra vida (no sólo los martes, como lo sugiere el título). Con su astucia e hipocresía, el demonio fácilmente puede hacerte caer en sus redes, presentándote un panorama ilusorio tan atractivo, ofreciéndote opciones de "felicidad y placer" irresistibles, de tal manera que la propia realidad se ve opaca y aburrida.
Dios no saca a sus hijos del mundo o del mal, sino que les da fuerza para vencerlos. Es por esto que te ofrece ser una herramienta a favor de Dios, y un aliado en tu camino contra las tentaciones negativas que el diablo permanentemente te pone al alcance de la mano.
Para contrarrestar al mal se requiere conocer la Verdad y lograr una civilización abierta a Dios, que es una civilización abierta a la Verdad (cf P. Fco., 31 Ago 2015). Este blog y muchos otros pueden ayudarte en este camino, con sus contenidos de calidad, apegados al Magisterio de la Iglesia, servicios interactivos, y cursos en línea, grupos en Redes Sociales y mucho más.
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